
Facebook compró la app en 2013, con la idea de proteger a los usuarios mientras estos navegaban por Internet, bloqueando sitios web potencialmente peligrosos, alertando sobre estafas y fraudes, y protegiendo la información enviada a través de la página web de hackers.
La información que Facebook recogía de los usuarios de Onavo Protect no era usada más que para averiguar qué apps eran populares y poder mejorar sus propios productos en base a eso. Al menos, eso es lo que la compañía aseguró en junio cuando el Congreso de Estados Unidos comenzó a investigar de qué modo usaba Facebook los datos personales de sus usuarios.
Según la compañía, los usuarios siempre han sido informados del modo en el que funciona la aplicación y por tanto sabían que la recogida de datos era una constante. Facebook ha hecho público un comunicado en el que trata de calmar los ánimos y desterrar toda duda de que empleaba los datos de los perfiles con otros propósitos.
Sin embargo, este no es un buen año para que Facebook inspire confianza: cada vez son más las pruebas que hacen pensar que la empresa registra mucha más información de la que a priori los usuarios aceptan, y que también la usa de modo ligeramente diferente a como se compromete en inicio.
Fuente: Trecebits.com
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