El caos que produjo la filtración de datos de Facebook por parte de Cambridge Analytica sacudió una vez más los cimientos de una privacidad que se nos escapa. El problema no solo afecta a Facebook, e incluso Apple ha tenido que tomar cartas en el asunto.
Lo ha hecho de tapadillo, porque como indican en Bloomberg, ha modificado las normas de su App Store para evitar que los desarrolladores "trafiquen" con los datos de contacto de los usuarios que compran o usan sus aplicaciones y servicios.
Hasta ahora los desarrolladores podían pedir (y pedían) la agenda de contactos de los usuarios y luego vendían esos datos sin el consentimiento explícito de los usuarios o de sus contactos.
Con este cambio Apple indica explícitamente que se prohíbe a los desarrolladores convertir esas agendas de contactos en una base de datos que luego puedan vender a terceras partes, y tampoco pueden convertir esos datos de usuario recolectados en perfiles de usuario.
En el punto 5.1.2 de esas normas en el que se habla del "uso de datos" precisamente se especifican esas nuevas prohibiciones que podrían hacer que las aplicaciones se eliminaran de la tienda e incluso la eliminación del desarrollador del Apple Developer Program.
Los desarrolladores de hecho tendrán que tener mucho más cuidado con esos datos que recolectan, y aunque pueden efectivamente pedir ciertos datos, tendrán que explicar a los usuarios para qué los necesitan exactamente.
Las nuevas normas siguen la línea de la normativa GDPR que entró en vigor a finales de mayo de 2018, y aunque ciertamente atajan el problema a partir de ahora, no evitan que de hecho los desarrolladores hayan podido vender y filtrar esos datos de usuarios a terceras partes sin problemas hasta la fecha, algo que precisamente fue lo que causó todo el revuelo en Facebook.
Fuente: Xataka